Abogada aclara el caso Ciffart-Tenfield

La abogada Montserrat Jiménez, exasesora jurídica de la APF durante la presidencia de Alejandro Domínguez, aclaró el polémico y cuestionado tema de Ciffart y Tenfield, sobre los derechos de televisación de las Eliminatorias rumbo a Rusia 2018.

La Asociación Paraguaya de Fútbol había acordado de manera muy anticipada con la empresa Ciffart del Grupo Vierci, la venta de los derecho de televisación del clasificatorio hacia el Mundial 2018 (un poco más de 9 millones de dólares). Justo antes del inicio de las Eliminatorias Sudamericanas, apareció Tenfield, una S.A. uruguaya que puso sobre la mesa una oferta muy superior (17 millones de dólares).

Sobre el caso, Montesarrat Jiménez, en ese entonces asesora jurídica de la APF y actual abogada de la Conmebol, aclaró que en ningún momento se “cajoneó” la oferta de Tenfield, como se viene publicando en diversos medios.

“Es cierto que Tenfield hizo una oferta, pero el contrato con Ciffart estaba vigente hasta la finalaziación de Eliminatorias. Ese contrato se había firmado durante la presidencia de Juan Ángel Napout y no era posible rescindir así por que sí”, comenzó explicando Jiménez en comunicación con La Nación.

Añadió que la APF le dio la posibilidad de negociar directamente (a Tenfield) con Ciffart, para ver si había alguna posibilidad de llegar a un acuerdo o cómo se podría romper el contrato. “A raíz de la oferta de Tenfield, se mantuvo una reunión entre ambas empresas y se le manifestó que había una oferta de 17 millones de dólares. Pero ellos no llegaron a un acuerdo, porque Tenfiled no prestaba ninguna garantía para cumplir el contrato”, argumentó la abogada.

La exasesora jurídica de la Asociación Paraguaya de Fútbol contó que tras la fallida negociación, Ciffart se vio obligado a mejorar ese contrato, con un plus de US$ 1.300.000. “Todo se había aprobado por Asamblea en la APF”, apuntó Jiménez.

Todo este caso fue “resucitado” por la cercanía de la sentencia del expresidente de la APF y Conmebol, Juan Ángel Napout, quien conocerá su destino este 29 de agosto. Justamente el acuerdo de la APF con Ciffart, es uno de los casos polémicos de la investigación de FIFAgate, ya que supuestamente Napout habría recibido cerca de US$ 2.500.000, en concepto de sobornos.

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FIFAgate: piden 20 años de cárcel para Napout

La Fiscalía de los Estados Unidos solicitó 20 años de prisión para el ex dirigente deportivo paraguayo Juan Ángel Napout, quien fuera en su momento presidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF) y luego titular de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol).

Además, se pidió la confiscación de más de US$ 3 millones que representa el monto total de coimas que supuestamente llegó a cobrar. También, se incluye una multa de más de US$ 6 millones.

La citada información fue facilitada por el periodista del Grupo Nación, Juan Pablo Zaracho.

El documento manifesta que Napout es responsable de fraude por una suma que ronda lo US$ 155 millones. En detalle, el mencionado monto corresponde a coimas por valores de; US$ 79 millones por el contrato con la empresa DATISA por Copa América, además de US$ 73 millones por Copa Libertadores y US$ 2,5 millones por derechos de APF.

El último punto, fue el “trato” para otorgar los contratos de televisación de las Eliminatorias 2014 y 2018 a la empresa Ciffart Sport.

La Fiscalia de los Estados Unidos sindicó a Napout como uno de los líderes de todo el esquema, además de mencionar a Julio Grondona y Marco Polo del Nero como los otros dos dirigentes que conocían todas las coimas pagadas por los derechos televisivos, a nivel Conmebol.

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Los exjefes del fútbol brasileño a los que no llegó el FBI

Sao Paulo, Brasil | AFP

Cuando Marco Polo Del Nero supo que habían detenido a su predecesor al frente del fútbol brasileño, abandonó el hotel de Zúrich donde se alojaban y tomó el primer avión hacia Rio de Janeiro. No podía esperar. La cúpula de la FIFA se derrumbaba y Suiza ya no era terreno seguro.

Llegó a tiempo y en estos tres años ha visto en libertad cómo caían viejos amigos, incluido el propio José María Marín, condenado el miércoles a cuatro años de prisión en Estados Unidos por aceptar 6,6 millones de dólares en sobornos.

Aunque el jurado estimó que se los repartían, a Del Nero le ampara la legislación de su país, que solo extradita a sus ciudadanos en casos de narcotráfico. El mismo paraguas que protege a Ricardo Teixeira, quien fue durante 23 años el todopoderoso presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF).

Estados Unidos les reclamó, pero cuando les acusó formalmente -en diciembre de 2015- ambos ya estaban en sus residencias de Rio. Como ellos, sus propiedades sobrevivieron al desenfreno de aquellos años dorados en los que, según las investigaciones, multiplicaron sus patrimonios con las coimas recibidas por la venta de derechos televisivos de la Copa América o la Libertadores.

Eran los tiempos en los que estos ahora septuagenarios paseaban en yates junto a exuberantes modelos, portadas de la revista 'Sexy' o 'Playboy'.

La redada policial de Zúrich acabó con los lujos al sol y con la posibilidad de viajar sin ser detenidos, pero no con las comodidades de quienes manejaron durante casi tres décadas el fútbol más famoso del mundo.

"Ahora evitan mostrarse, pero no perdieron en absoluto el nivel de vida que tenían. Continúan disfrutándolo", aseguró a la AFP el periodista brasileño Juca Kfouri, quien lleva años denunciando sus excesos.

- "Promiscuidad" -

El terremoto encontró ya retirado a Teixeira, tres años después de su abrupta salida de la CBF, asediado por los escándalos y lejos de la protección de su exsuegro, el influyente expresidente de la FIFA Joao Havelange.

Su puesto lo ocupó entonces Marín, antes de la asunción de Del Nero en 2015. Y ni siquiera el arresto de su predecesor impidió a este poderoso abogado paulista seguir en el cargo hasta diciembre, cuando la FIFA le suspendió primero temporalmente y luego de por vida.

Poco importaba el asedio de Estados Unidos, que su estrecho colaborador -ahora con 86 años- estuviera en prisión o que una Comisión del Senado, presidida por un beligerante Romario, aireara sus supuestos delitos: en Brasil, Del Nero seguía libre y clamaba su inocencia.

"Durante muchos años, la promiscuidad entre la CBF y la política brasileña fue muy elevada. Estos dirigentes todavía recogen los frutos de una relación del pasado que generó una especie de blindaje", valoró el periodista Jamil Chade, autor del libro 'Política, propina y fútbol'.

Y la llamada 'bancada da bola', su lobby en el Congreso, no falló cuando más la necesitaban. La Comisión concluyó sin pedir acusaciones y solo un informe alternativo impulsado por Romario derivó en una investigación judicial que se tramita ahora bajo secreto, tras nueve meses varada.

Igual que el pedido de prisión para Ricardo Teixeira formulado el año pasado por España, que le reclama por su presunta participación en el caso que tiene encarcelado al expresidente del Barça Sandro Rosell.

- Separación -

Con todo en contra fuera de Brasil, Del Nero se convirtió para muchos en el "Marco Polo que no viaja", desde aquel histórico 27 de mayo de 2015.

Tampoco queda rastro de la relación con su "mellizo" Marín, como les describió un testigo durante el juicio. Su precipitada salida de Suiza, dejando atrás incluso a la octogenaria esposa de su amigo, les separó definitivamente.

"Marín era el monarca que hacía los brindis, mientras Marco Polo manejaba todo", le devolvió el abogado de su predecesor durante el juicio.

No es el único que apunta que, pese a su inhabilitación, Del Nero sigue dirigiendo el juego.

"Su casa de Rio continúa frecuentada por el mundo del fútbol y por dirigentes de la propia CBF, tanto que tuvo una influencia decisiva en la elección de Rogério Caboclo como próximo presidente", recordó Kfouri.

Tampoco parece muy preocupado Ricardo Teixeira, señalado en el juicio como uno de los pilares del sistema corrupto caído, junto al paraguayo Nicolás Leoz y al fallecido Julio Grondona, monarca durante décadas del fútbol argentino.

Investigado también en España, Suiza y Andorra, Teixeira, de momento, tiene claro que no va a ninguna parte.

"¿Hay un lugar más seguro que Brasil? ¿Cuál? ¿De qué voy a huir si aquí no me acusan de nada? Todo de lo que me acusan en el exterior no es delito en Brasil. No estoy diciendo si lo hice o no", dijo el año pasado al diario Folha de Sao Paulo.

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