Alcaldía de Buenos Aires clausura preventivamente el Monumental

Buenos Aires, Argentina | AFP.

El estadio Monumental, escenario de la empañada final de la Copa Libertadores 2018 entre River Plate y Boca Juniors por hechos de violencia, fue clausurada preventivamente por la alcaldía de Buenos Aires en la noche del sábado tras la postergación del partido para el domingo por violencia.

La clausura, según la Agencia Gubernamental de Control de la alcaldía de Buenos Aires, es por exceso de público en el escenario y no por los hechos de violencia que obligaron a la Conmebol a suspender el inicio del juego y postergarlo para el domingo.

"El Monumental excedió la capacidad de personas permitidas y por eso la clausura es efectiva. Sin embargo, este domingo podría levantarse", aseguró el jefe de esa oficina, Ricardo Pedace.

La medida, que sería levantada con el pago de una multa que no fue especificada por el funcionario, permitiría la realización del encuentro el domingo a las 17H00 locales (20H00 GMT), como resolvió la Conmebol.

El partido de la inédita final de la Libertadores se vio empañado este sábado por el ataque al autobus de Boca Juniors a pocas calles del estadio Monumental con piedras, palos y gas pimienta por cientos de hinchas de River.

El partido de ida en la Bombonera, hace dos semanas y que terminó 2-2, no tuvo incidentes.

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River-Boca, una final manchada por la violencia

La inédita final de la Copa Libertadores entre los rivales de siempre River Plate y Boca Juniors se disputará finalmente este domingo tras ser suspendida en la jornada anterior por severos incidentes, aunque el histórico clásico mundial ya ha sido empañado por la mancha de la violencia.

El ataque de algunos hinchas con piedras y palos al autobús del plantel de Boca al acercarse al estadio Monumental de River dejó a dos jugadores xeneizes con heridas y a otros  afectados por gases que lanzó la policía para dispersar a los agresores.

Luego del 2-2 en la Bombonera hace dos semanas, en la ida de la inédita final, la expectativa para la revancha en el Monumental había superado todos los límites de la pasión, opacando incluso la cumbre del G-20, que sesionará en Buenos Aires los próximos viernes y sábado con los líderes de las principales potencias.

Pero la violencia de barrabravas  atentó nuevamente contra el fútbol, otro capítulo en el largo historial de violencia en el balompié argentino.

"Un día triste para el fútbol sudamericano. CONMEBOL se solidariza con los jugadores, sus familias y todos los afectados. Lo que debió ser un encuentro deportivo para vivir, disfrutar y compartir lo mejor del fútbol sudamericano se convirtió en una vergüenza", lamentó el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, en su cuenta de Twitter.

El mediocampista y capitán de Boca, Pablo Pérez, y el también volante Gonzalo Lamardo fueron los más afectados por las esquirlas de los vidrios rotos, al sufrir lesiones en los ojos que obligaron su trasladado a un hospital cercano del estadio.

"CONMEBOL exige a las autoridades competentes acción inmediata y ofrece toda su colaboración para identificar, capturar y judicializar a los responsables. Estos hechos no pueden quedar impunes. A los responsables debe caerles todo el peso de la ley y el rechazo de la sociedad", tuiteó Dominguez.

Tras varias horas de tensión y confusión, y con ambos equipos encerrados en sus respectivos camerinos, la Conmebol tomó la decisión de postergar el partido para el domingo, luego de intentar jugarlo el mismo sábado corriendo en dos oportunidades la hora de inicio, originalmente prevista a las 17H00 locales (20H00 GMT).

- Pacto de caballeros -

Domínguez aseguró que sus homólogos de River, Rodolfo D'Onofrio, y de Boca, Daniel Angelici, acordaron "un pacto de caballeros" para suspender el partido y disputarlo el domingo a las 20H00 GMT.

"No estamos en situación de jugar, nos están obligando a jugar el partido", lamentó minutos antes del anuncio de la Conmebol el ídolo 'xeneize', Carlos Tevez, uno de los más afectados por la inhalación de los gases según las imágenes de televisión.

El exdelantero de la Juventus salió del vestuario boquense en compañía del volante Fernando Gago, otro de los referentes del plantel, para dialogar con la prensa que aguardaba en uno de los pasillos contiguos.

Tras el anuncio de la postergación del partido para el domingo, varios incidentes de hinchas de River con la policía se registraron en las afueras del Monumental, mientras quienes se encontraban en el estadio fueron abandonado el recinto sin ocasionar desmanes.

Horas más tarde del anuncio de la Conmebol, la alcaldía de Buenos Aires resolvió la clausura preventiva del Monumental, aunque no por los incidentes sino por exceso de público. La medida "mañana (domingo) podría levantarse" tras el pago de una multa, aseguró Ricardo Pedace al frente de la Agencia Gubernamental de Control.

- Violencia sin fin –

"Los partidos lo ganamos o lo perdemos en la cancha. Pero con varios jugadores que terminaron lesionados, con otros a los que les hacía falta el aire, las condiciones no estaban dadas para jugar por esta agresión", indicó Angelici, el presidente boquense.

"Me preocupa mucho que nuestros espectáculos se empañen por inadaptados que hay en todos los equipos, y tengamos que lamentar y pasar por estos hechos lamentables que no pueden suceder en el fútbol", dijo, a su turno, D'Onofrio, el presidente 'millonario'.

"No era lógico jugar así, nuestra solidaridad y preocupación era con Boca y con los jugadores, porque se veían que estaban afectados por este hecho lamentable", agregó.

Boca ha hecho de esta Copa una obsesión, pues persigue el séptimo título para igualar al también argentino Independiente como los máximos ganadores de la Libertadores, mientras que River, que ganó la última hace tres años, busca su cuarta corona.

River y Boca son los clubes más populares del país y representan juntos a un 70% de los hinchas, en un país con 44 millones de habitantes donde el fútbol es una obsesión sin distingo de sexo o edades.

Debido a la escalada de violencia en los últimos años, las autoridades decidieron en 2013 prohibir la presencia de simpatizantes visitantes, como ocurrió este sábado en el estadio de River, aunque los incidentes no se han detenido, incluso con víctimas fatales.

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Suspendido el partido River-Boca y pasa para el domingo 17H00

Buenos Aires, Argentina. El partido entre River Plate y Boca Juniors, por la final de la Copa Libertadores de América 2018, finalmente fue suspendido para mañana domingo a las 17H00, debido a los incidentes causados por los fanáticos del equipo millonario que agredieron el Bus, que trasladaba al plantel xeneize hasta el estadio Monumental.

El ataque al autobús boquense por parte de hinchas violentos "millonarios" en las inmediaciones del Monumental, se produjo debido a la falta de control de la policía que acompañó a la delegación hasta el estadio.

Debido a los hechos sucedidos con el bus del Club Boca Juniors, el partido ha sido suspendido hasta una nueva programación que deberá confeccionar la Conmebol.

El autobús que transportaba al plantel de Boca Juniors fue atacado con piedras, palos y gases por parte de hinchas violentos del "millonario" a pocas cuadras del escenario deportivo, en el barrio de Núñez, en el norte de Buenos Aires.

Varios jugadores xeneizes, entre ellos el capitán Pablo Pérez, resultaron con laceraciones en los rostros y los brazos producto de los vidrios rotos y los artefactos peligrosos que ingresaron al micro.

Según las imágenes de televisión de varias cadenas deportivas, el vehículo ingresó al estadio con varios vidrios laterales rotos y los jugadores, una vez descendieron, iban tosiendo y con los ojos llorosos por efecto de los gases.

Óscar Moscariello, vicepresidente de Boca, aseguró que "tenemos jugadores heridos, no estamos aptos para jugar. La posición de Boca es que el partido no se puede jugar".

"Fue un descontrol en las últimas calles cerca al Monumental. La policía se vio desbordada ante tanto vandalismo y tuvo que dispersar a los hinchas de River con gases lacrimógenos, que también por efecto del viento y las ventanas rotas ingresaron al micro", anotó, a su turno, Juan Carlos Crespi, exdirigente boquense.

Desde 2013 rige en Argentina una prohibición para que las hinchadas visitantes asistan a los estadios del rival debido a recurrentes hechos de violencia.

El partido de ida en la Bombonera, hace dos semanas y donde no se presentaron incidentes ni ataques al plantel de River, terminó 2-2.

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