Las claves futbolísticas de una final espectacular

Luego de las dilaciones llegó la hora del fútbol a la final de vuelta de la Copa Libertadores de América 2018. River Plate y Boca Juniors definirán el nuevo campeón en un escenario inédito para la competencia como el estadio Santiago Bernabéu, curiosamente la casa de un posible rival para el campeón sudamericano en la inminente Copa Mundial de Clubes de la FIFA EAU 2018.

Este domingo habrá un partido, un enorme partido. Noventa minutos que pueden ser 120 si hay empate y penales si no hay todavía un ganador. Y FIFA.com te cuenta algunas claves que pueden decantar la final para un lado u otro.

Las armas de Boca - El poderío ofensivo

Por calidad y cantidad, los xeneizes tienen un delantera temible, más con la recuperación de Cristian Pavón tras su lesión muscular. Ramón Wanchope Ábila y Darío Benedetto son sinónimo de gol y tienen una virtud difícil de conseguir: marcar aunque el juego de Boca no esté funcionando bien.

Entre los dos convirtieron los 6 tantos que convirtió el equipo desde semifinales. Como alternativas de ataque están el siempre peligroso Mauro Zárate, el picante extremo colombiano Sebastián Villa y el talentoso volante ofensivo Edwin Cardona.

La influencia de Carlos Tevez

El Apache está incluido en el punto anterior pero merece un párrafo aparte. Desde que volvió del fútbol chino a comienzos de año no estaba tan filoso como ahora. “Es la final más importante de mi carrera”, dijo hace pocos días. La rivalidad con River pesa más que los 24 títulos ganados en su carrera.

Con 34 años, aceptó ser una alternativa y no jugar siempre. Pero en la final de ida dejó su sello: jugó 20 minutos y generó la jugada más peligrosa de Boca tras los goles. Probablemente no sea titular, pero puede ser un revulsivo de lujo en el segundo tiempo o en el tiempo extra.

Su respuesta fuera de casa

Es cierto que esta vez el Xeneize no jugará como un equipo visitante habitual, pero al ser un equipo que le cuesta especular, en esta edición de la Copa Libertadores ha tenido muy buenos resultados jugando lejos de La Bombonera: está invicto tras 6 partidos, 3 de primera fase y 3 de series mano a mano. Suma una victoria, 5 empates y marcó 9 goles.

Las armas de River - La polivalencia táctica

Los de Núñez afrontan el duelo con una ausencia importante como el delantero colombiano Rafael Santos Borré y la recuperación al límite de otra carta de gol vital como Ignacio Scocco, que como mucho podrá estar en el banquillo. Rodrigo Mora llega con lo justo físicamente y es una incógnita si Marcelo Gallardo optará por jugar con dos atacantes o solo con Lucas Pratto y el resto mediocampistas. Pero el técnico de River ha demostrado en otras ocasiones saber acoplarse tácticamente con éxito a los problemas que se le presentan con un plantel no tan extenso.

El Muñeco no estará en el banco por suspensión pero tampoco estuvo en la ida en La Bombonera y la respuesta anímica de su equipo, un sello de su ciclo, fue alta.

La experiencia en finales

River, campeón de la Libertadores en 2015, tiene varios de sus jugadores que ya saben lo que es ganar el torneo, además del técnico Gallardo: Mora, Jonatan Maidana, Leonardo Ponzio, Gonzalo Pity Martínez, Camilo Mayada, Enzo Pérez -con Estudiantes de La Plata en 2009- y Franco Armani -con Atlético Nacional en 2016-.

En Boca suman cuatro: Tevez -en 2003-, Emmanuel Mas y Julio Buffarini -con San Lorenzo en 2014- y el técnico Barros Schelotto, multicampeón pero como jugador en 2000, 2001, 2003 y 2007.

El rombo defensivo

Armani en el arco, Maidana y Javier Pinola como centrales y Ponzio en el mediocentro defensivo le han dado veteranía y solidez a los millonarios. Desde octavos de final el equipo recibió apenas dos goles con todos ellos en cancha.

En la final de ida, Boca convirtió dos pero Ponzio no estuvo entre los titulares por estar convaleciente todavía de una lesión muscular. Ante Grêmio en la vuelta de semis, los brasileños marcaron cuando el volante ya no estaba. Fuente: fifa.com

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Miggy Almirón, el segundo título de un paraguayo en la MLS

No es una plaza usual, aunque la Major League Soccer haya crecido exponencialmente en los últimos años. Miguel “Miggy” Almirón se consagró anoche con el Atlanta United como campeón general del fútbol estadounidense, un logro que hace dos años lo había alcanzado otro compatriota.

La legión guaraní en el fútbol norteamericano ha crecido en los últimos años. En la última temporada estuvieron jugadores como Almirón, Héctor Villalba, Alejandro Romero Gamarra, Jesús Medina o Josué Colmán, o Christian Paredes.

El título alcanzado por “Miggy” Almirón es apenas el segundo que logra un paraguayo. El anterior había sido el hoy delantero de Cerro Porteño, Nelson Haedo Valdez. El atacante fue campeón con el Seattle Supersonics, en la temporada 2016.

Por otra parte, otro conocido del fútbol paraguayo, el argentino Gerardo “Tata” Martino también hizo historia. Ya que con la consagración del United se convirtió en el primer entrenador sudamericano en coronarse como campeón en la exigente MLS.

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Madrid ya palpita la superfinal entre River y Boca

Rivales históricos del fútbol argentino, River Plate y Boca Juniors pugnarán hoy por coronarse como campeones de Sudamérica en un Madrid blindado, escenario accidental de esta final marcada por la violencia ocurrida en Buenos Aires.

En el emblemático estadio Santiago Bernabéu, con unas tribunas copadas de argentinos llegados de todo el mundo, los equipos de Marcelo Gallardo y Guillermo Barros Schelotto buscarán desequilibrar el 2-2 registrado en la Bombonera en el ya lejano partido de ida del 11 de noviembre.

En juego está la consecución de la Copa Libertadores --la séptima de Boca y la cuarta de River-- ante el eterno rival pero también la clasificación para el Mundial de Clubes que se disputará del 12 al 22 diciembre en Emiratos Árabes.

Sin embargo, la vertiente deportiva de la bautizada como "final del siglo" pasó a un segundo plano cuando un grupo de hinchas radicales de River atacaron con piedras y gases lacrimógenos el autobús de Boca a su llegada al estadio Monumental, hiriendo a dos de ellos.

El encuentro fue primero aplazado, después suspendido y finalmente desplazado a Madrid en una controvertida decisión de la CONMEBOL que disgustó tanto a River, que perdió la localía, como a Boca, que exigió en vano la victoria en los despachos.

Onces inciertos

Instalados en la capital española desde mediados de semana, ambos planteles prepararon con suma discreción el encuentro, insistiendo tanto unos como otros en la necesidad de centrarse en el juego y dejar atrás la polémica.

En terreno neutral y con un empate en la ida, sin valor extra de los goles a domicilio, el partido será "muy trabado, muy luchado (...) probablemente no se vea lo mejor de uno ni lo mejor del otro", pronosticó el técnico xeneize Guillermo Barros.

El aplazamiento le permitió recuperar al talentoso atacante Cristian Pavón, lesionado en la Bombonera, con lo que podría optar por jugar con Darío Benedetto y Ramón Ábila en punta o con tres delanteros como venía haciendo durante todo el torneo.

Del lado "millonario", las opciones ofensivas son más escasas: Gallardo, sancionado para el encuentro, no podrá contar con el colombiano Rafael Santos Borré por acumulación de tarjetas, ni probablemente con el lesionado Ignacio Scocco.

En una especie de ensayo de las futuras finales de la Libertadores, que se jugarán a partido único, en el estadio convivirán la hinchada de River y Boca, en tribunas opuestas del Bernabéu, adonde quieren llevar el ambiente de las canchas argentinas.

El sábado ya brindaron un último aliento a sus jugadores, con sendos banderazos que llenaron de ruidosos cánticos y color las calles de la capital española.

Entre la multitud había residentes en España o llegados de otras partes del mundo y de la misma Argentina, donde más de 5.000 aficionados hicieron un notable esfuerzo para comprar un boleto y viajar hasta la capital española.

Ante esta masiva peregrinación a Madrid y después de los incidentes de Buenos Aires, el dispositivo de seguridad será excepcional, superior al de la final de la Champions de 2010 disputada en esta ciudad o al de un clásico Real Madrid-Barça.

Se desplegarán más de 4.000 policías y agentes privados, que prestarán especial atención a la llegada de barras bravas, y los hinchas deberán pasar tres controles para acceder al estadio.

Además, se habilitarán zonas separadas para reunir a los hinchas de Boca y River antes y después del encuentro, en los festejos del título, los dos momentos más temidos por las autoridades.

El objetivo: que la final más esperada del fútbol argentino tenga un "cierre digno", en palabras del entrenador rosarino del Real Madrid Santiago Solari.

Aunque siempre quedará la incógnita de qué hubiera pasado si la violencia no hubiera interferido en el deporte y la final del siglo no hubiera salido nunca de Buenos Aires.

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