"Justicia controvertida"

Por: Rolando Vargas (rolando.vargas@gruponacion.com.py)

Lo cierto es que en Paraguay ya se instaló y con éxito para seguir generando las dis­cusiones, que al final es la misma naturaleza de este deporte.

Si bien el fútbol es fuente de debate permanente en todos los ámbitos, el VAR se introduce como un nuevo elemento para la discusión. Es su misma esencia la que plantea este escenario, por­que nunca se dijo que el VAR es perfecto, y que va a evitar todos los errores arbitrales.

Siempre se presentó como una valiosa herramienta que permite disminuir la injusti­cia en el resultado de muchos partidos. Ese sometimiento al proceso especial arbitral lo convierte en una justicia controvertida. Los jueces se expiden en función a los ele­mentos que les proporciona la tecnología y sus fallos son inmediatos, con alto porcen­taje de equivocaciones, en consecuencia, se produce la insatisfacción.

La parte perdidosa se siente lesionada, porque la determi­nación no corresponde a sus pretensiones; entonces, se genera un quiebre en la sana interpretación de lo juzgado y se disparan los cuestionamientos.

Así transcurrió en la pri­mera fecha, los árbitros, en uso de sus atribuciones pro­fesionales y técnicos, toma­ron decisiones de acuerdo al protocolo que le asiste, con sus virtudes y defectos, y originaron debates sin fun­damentos en muchos casos, que no aportan mucho y con­funden más a aquellos que no interpretan el valor del VAR en los partidos.

Siempre que haya VAR habrá controversias, así como ocu­rre en los mundiales, Europa, o en los sitios en donde su uso sea implementado dejará temas para debatir.

Los responsables de su implementación en Para­guay aprobaron en su tota­lidad su utilización en la ronda inicial, que está bien especificada en 4 puntos, de donde no pueden salir para subsanar todas las acciones conflictivas.

Lo cierto es que ya se instaló en el fútbol local y con éxito para seguir generando las discusiones, que al final es la misma naturaleza de este deporte.

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Sin genios no hay ideas

Por: Ireneo Acosta (@ireacosta).

En la triste y lamentable igualdad frente a Qatar en su debut en la Copa América, la Selección Paraguaya cometió muchos errores desde el comienzo al final. Las improvisaciones que cometieron los miembros del cuerpo técnico liderado por Eduardo Berizzo, no se pueden tolerar.

Todo comenzó con la lesión del titular Richard Ortiz y no se convocó a otro volante de marca dispuesto a ser un líder dentro de ese sector, como lo era el mediocampista franjeado. Está Richard Sánchez, pero cuando fue llamado por el técnico, ya llegó el gol de los rivales. Enumerar las fallas, es fácil, pero a la vez, todo estaba anunciado.

Llevar a Iván Piris como lateral e improvisar con Bruno, no fue tampoco lo mejor que pudo hacer Berizzo. En la defensa, con el debido respeto de Júnior Alonso, que no es el líder del grupo para llevar el brazalete de capitán.

Lejos, entre Óscar Cardozo o Fabián Balbuena, por trayectoria, por entrega, por mística y por peso entre los compañeros, eran los elegidos. Me dirán que no es gravitante, pero a la hora de manejar al grupo dentro del campo, sí es necesaria la presencia de uno que sea líder. Además, el trabajo dentro del terreno no fue lo mejor. Arzamendia no se proyectó, solo esporádicas apariciones pero sin pesar en el momento de atacar.

En un mediocampo que no convence, con la línea de tres que tampoco hizo mucho, con falta de dinámica, ideas y hasta ganas por parte de Ortiz, poco se pudo hacer. Mientras que Pérez y Domínguez no desbordaron cuando tenían el control, fueron los puntos altamente negativos de un equipo, que no tuvo al genio en el campo.

Mantener a Cecilio Domínguez en el equipo por mucho tiempo, fue otro error. No aportó en ofensiva ni en la marcación porque tuvo inconvenientes para regresar en los instantes donde el cuadro qatarí tuvo el control del balón.

Todo lo que se sabía del rival, lo hizo. Comenzaron con un 4-4-2 y fácilmente la cambiaron al 4-2-4 con una velocidad tremenda. Pero no se previó tácticamente, un sistema para controlar eso.

No hubo ideas, jugadores sin garra, sin mística, sin entrega por parte de varios y así el empate dolió más. No es la mejor Selección Paraguaya de los últimos tiempos. Tampoco es producto del recambio y de un equipo nuevo. El único nuevo es el técnico Berizzo junto a un montón de colaboradores. No encontró aún el equipo. Las dudas que tiene, las transporta al equipo y ellos, al campo.

Por todas estas cuestiones, estamos estancados, con un juego lento y afrontar con esta actitud los próximos dos partidos, serán más complicados. Con Gustavo Gómez en el equipo, se tendrá al líder dentro del campo y el hombre capaz de llevar a sus compañeros al hombro.

No hay mucho para esta Copa América. Es de esperar que se mejore, encuentre soluciones, cambie a los hombres que no rindieron y además, acierte en su elección con el once inicial.

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Entre la neglicencia y el amaño

Por: Rolando Vargas (rolando.vargas@gruponacion.com.py)

“Esta vez más allá de querer defender a los árbitros por la misma naturaleza de su trabajo, que es bastante complicado por la dinámica del juego, este horror es vergonzoso”, me dijo un compañero de trabajo cuando se consumó el feo error de la dupla arbitral Christian Aquino y su asistente Diego Silva en convalidar un gol claramente ilegítimo en el partido entre Cerro y San Lorenzo.

Debo confesar que soy un defensor de los “errores” arbitrales, no por un fanatismo particular, sino fundado en los desaciertos que siempre se observan en todas las ligas, inclusive en los mundiales. Además, en el fútbol local, los futbolistas son bastante especiales simulando faltas sin cooperar en la difícil tarea de los soplapitos. A decir verdad, esta vez la decisión tomada alcanzó una dimensión negligente increíble, en donde no se concibe la falta de capacidad técnica y profesional para salvar la situación como exige la función que ejercen en defensa de la integridad de su trabajo.

El daño no solo afecta al club perjudicado sino alcanza dimensiones insospechadas al ensuciar el desarrollo del torneo Apertura, deja pésima imagen internacional, descalifica a los propios árbitros, a la dirigencia, a la selección paraguaya, que cada vez está más desvalorizada. Este escenario crítico no puede tolerar los auténticos dirigentes, quienes deben revisar el trabajo técnico que ejecuta la Dirección de Arbitros, liderada por el argentino Horacio Elizondo, para tomar las correcciones necesarias encaminadas a enmendar en algo este momento deplorable del arbitraje. Ojalá que el error cometido sea meramente por incompetencia y no se encuadre dentro del rango del fanatismo o integridad personal.

Mientras se debate este espinoso tema, salta a la escena una denuncia de intento de amaño del defensor solense Gustavo Velázquez en contra del portero Tobías Vargas al servicio de Fuerza Amarilla de Ecuador. Este último ya tuvo un antecedente similar estando en Luqueño, situación que terminó en los juzgados absolviendo al jugador.

La propuesta para el defensor era hacer una penal ante Mineros por la Copa Sudamericana, sin importar el resultado del partido. Si bien los amaños son comunes a nivel internacional en las diferentes disciplinas, no es usual en nuestro medio y sería lamentable de comprobarse el hecho de este perverso modelo, por el daño irreparable que pueda desencadenar en el futuro del todo el deporte paraguayo.

Las autoridades deben investigar con todo el rigor de la ley para evitar toda posibilidad que este operativo oscuro se apodere del mercado aún sano. Es la brillante oportunidad que tienen para demostrar probidad y compromiso para mantener la salud del deporte lejos de las contaminadas estructuras preparadas para vulnerar las frágiles protecciones en el deporte. En caso contrario, la historia juzgará sus decisiones pusilánimes.

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