El presidente de la Conmebol, el paraguayo Alejandro Domínguez, fue consultado sobre la posibilidad de que se dispute la histórica Copa Libertadores sin los equipos brasileños y la respuesta del mandamás generó indignación en Brasil en medio del feroz drama que se armó por casos de racismo y discriminación en un partido de la Copa Libertadores Sub-20 entre Cerro Porteño y Palmeiras.
"¿Una Libertadores sin equipos brasileños?", fue la pregunta del periodista.
"Eso sería como Tarzán sin Chita. Imposible", expresó Domínguez con una sonrisa en la cara.
Si bien la respuesta del presidente de la Conmebol fue con la intención de explicar que la Copa Libertadores no será la misma sin los equipos brasileños, la analogía que eligió el directivo paraguayo no cayó nada bien en Brasil.
Todos los medios del vecino país se hicieron eco de la respuesta del presidente de la Conmebol y los comentarios de los internautas expresaron el descontento.
El presidente de Peñarol de Uruguay, Ignacio Ruglio, tiró más leña al fuego con relación al incendio que se le generó a la Conmebol con respecto al feroz reclamo del Palmeiras de Brasil por un caso de racismo que sufrió uno de sus jóvenes futbolistas en un partido ante Cerro Porteño por la Copa Libertadores Sub-20.
El dirigente charrúa se mostró en contra del racismo, pero pidió a la matriz del fútbol sudamericano tener más equidad a la hora de tratar los problemas que rodean al fútbol en esta parte del mundo. De hecho que adelantó la creación de un bloque entre equipos uruguayos, paraguayos y argentinos para realizar una denuncia estructural contra el tremendo maltrato que sufren los demás equipos del continente cuando viajan a Brasil.
"Lo que pasa es que los brasileños te matan, te hacen lo que quieren y luego la gente hace un gesto y ya es un drama en Brasil. Un pequeño gesto, que no debería hacerse, pero un pequeño gesto hecho en Brasil se convierte en un drama. Pero te liberan zonas, te golpean, te dejan allí cuatro meses, hay gente detenida allí y no pasa nada. Y luego, si un aficionado está allí y hace un gesto racista, lo cual está mal, es un drama total", mencionó en una charla con la radio Carve Deportiva de Uruguay.
"Así que, en Brasil pueden hacerte lo que quieran; es una zona libre. En algún momento empezaremos a quejarnos en masa a la Conmebol porque parece que, en Brasil, todas las leyes son independientes", agregó.
"Flavio Perchman (vicepresidente de Nacional de Uruguay) me dijo que estaba llamando a algunos presidentes y que ya había hablado con ellos antes, y con todos los que tenían problemas en Brasil. La idea es formar un frente unido entre varios clubes, principalmente de Paraguay, Uruguay y Argentina, para empezar a quejarse de esto estructuralmente y cambiar las condiciones allí", aseveró.
El llanto de Luighi, la denuncia del Palmeiras, el nuevo castigo económico por racismo y la feroz persecución a Cerro Porteño por un hincha que ni siquiera tenía un distintivo del conjunto azulgrana y estaba en un evento de la Conmebol, aparecen como detonantes de una feroz reacción de los clubes de los demás países contra la agenda establecida por los brasileños, especialmente los de paulistas y cariocas.
El vicepresidente del Palmeiras interceptó a Juan José Zapag anoche tras el sorteo de los torneos CONMEBOL.
El dirigente brasileño encaró al titular de Cerro Porteño, a raíz de aquel escándalo de racismo que tuvo lugar entre los conjuntos Sub 20 y que todavía tira cola.
En este sentido, Paulo Bousi se mostró bastante áspero y reclamó la cuestión en un tono elevado, tanto que la tensión podía sentirse en el aire. "Nosotros no somos el ejemplo del racismo", se escucha decir al directivo azulgrana.
Y la cosa promete seguir dando qué hablar, ya que ambos clubes cayeron en el Grupo G y se enfrentarán en el marco del máximo certamen regional de clubes.