Por Por Martín Villagra, martin.villagra@gruponacion.com.py
Fotos: Agua Marina Espínola

Desde chica le gustaba andar en bicicleta y lo aprendió a los 4 años. Recorría el barrio “sobre dos ruedas”. Cada domingo subía y bajaba la cuadra de su casa hasta el cansancio. A los 11 años, Agua Marina Espínola vio por primera vez ciclistas con bicis de ruta en Caacupé.

Ruedas finas, manubrios extravagantes y colores fascinantes. La idea de tener una bicicleta de esas se convirtió en un sueño. Buscó revistas, investigó en internet y descubrió el ciclismo deportivo, al que hoy se dedica por completo. Su constancia la llevó a clasificar entre los primeros y pocos atletas de Paraguay para el evento deportivo más importante a nivel mundial: los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que se llevarán a cabo del 24 de julio al 9 de agosto.

“Estoy en Colombia, en la altura de Paipa, Boyacá, a 2.525 metros sobre el nivel del mar. Voy a estar acá hasta el 15 de febrero para un training camp y antes de empezar la temporada con el equipo en España. El entrenamiento consiste en acumular horas en bici en la altura con tareas de fuerza en la montaña. Eso será clave este año. Todos mis objetivos tendrán mucha montaña, en especial los Juegos Olímpicos y el Mundial de Suiza”, cuenta Agua Marina Espínola a La Nación desde Colombia.

Esta concentración fue organizada por su entrenador Jenaro Leguizamón, quien es muy reconocido en Colombia. El Comité Olímpico Paraguayo y la Federación Paraguaya de Ciclismo dieron el visto bueno; además, se encargan de los recursos necesarios para llevarlo adelante.

Llegar a los Juegos Olímpicos de Tokio significa mucho para Agua Marina y el deporte paraguayo. Su histórica clasificación hizo que se planifiquen objetivos y una buena preparación.

“Para mí, Tokio es un premio a la perseverancia y lucha. Conseguí la clasificación luego de años de estar fuera de unos campeonatos panamericanos. De pelear por un lugar digno para Paraguay. El de Lima 2019 fue un Panamericano muy duro por el nivel y la altura. Mi objetivo era estar en el top 10. Luché hasta el último metro para llegar lo más cerca posible y me ubiqué en el puesto 13. En ese momento no estaba muy satisfecha. Tenía muchas ganas de hacer más, pero a final de la temporada nos enteramos que ese esfuerzo valió la clasificación”, refiere.

Sabiendo el nivel al que que se enfrentará, un objetivo realista para Tokio 2020 es terminar la prueba con el grupo principal. Solo serán 67 atletas participantes en la prueba más dura y selectiva.

“A mis 23 años, poder estar a la altura de las mejores ciclistas del momento sería un gran logro y motivación para seguir adelante”, asegura.

Actualmente, el Comité Olímpico Paraguayo está apostando a su preparación, al igual que la Federación Paraguaya de Ciclismo. “Solicitaron una beca a la Secretaría Nacional de Deportes. Aparte, estaré compitiendo con un equipo español, el Massi Tactic, que me ofrece dónde vivir allá, bicicleta, equipos y un calendario de nivel. Me servirá para complementar la preparación. Competir es muy importante y lo que más nivel nos da”, informa.

Tras estar alejada un par de años, haciendo carrera por su cuenta en el Centro Mundial, dice que hoy es muy feliz por volver a recibir todo el apoyo de Paraguay.

146,5 KILÓMETROS

“Sé que Japón es una sociedad superavanzada, organizada y totalmente diferente para mí. Tengo mucha curiosidad. Mi carrera será el 26 de julio sobre una distancia de 146,5 kilómetros y terminará en el Fuji Speedway”, señaló Agua Marina.

SE ROMPIÓ LA CLAVÍCULA

Agua Marina perdió la cuenta de las veces que cayó de la bicicleta. Para ella, caerse es algo que un ciclista debe tener presente. “Uno va adquiriendo habilidades y las posibilidades se minimizan, aunque a veces en competencias es inevitable. Las peores caídas que tuve fue una en el 2012, donde me pelé hasta la conciencia, disputando un sprint en Pedro Juan Caballero. La segunda fue en el contrarreloj del Mundial de Innsbruck, donde me rompí la clavícula”, recuerda.

“Forraba mis cuadernos con fotos de bicis y ciclistas. A los 14 años pedí una bicicleta de ruta en vez de mi fiesta de quince años”, recuerda Agua Marina.

La propuesta fue rechazada por su padre. Eso hizo que se aferre más a su sueño. Por influencia de su madre, decidió hablar directamente con los ciclistas, a quienes siempre veía pasar por Acceso Sur.

“Un día perseguí como dos kilómetros a Gustavo Miño y Eladio Chávez, hasta que los alcancé. Les dije que mi sueño era ser como ellos, sin imaginar que justo estaban buscando chicas para su equipo. Dos semanas después me prestaron mi primera bici de ruta. Fue un 3 de agosto del 2011”, cuenta orgullosa.

Hoy es una experimentada con varios sudamericanos y panamericanos en su haber, además de tres mundiales: Bergen 2017, Innsbruck 2018 y Yorkshire 2019. Estuvo compitiendo tres años en carreras de la Unión Ciclista Internacional (UCI) y copas nacionales en Francia, Suiza, Bélgica, Holanda, España, Noruega, Italia y hasta en Tailandia. Considera como uno de sus mayores logros el top 10 en la etapa reina del Tour de Ardeche, una de las carreras más duras del calendario de la Unión Ciclista Internacional (UCI) femenino. También participó y completó dos carreras World Tour, el máximo nivel profesional; el Tour de Noruega y el Grand Prix de Plouay en Francia.

Melbourne, Australia | AFP

El serbio Novak Djokovic (N.2) conquistó por octava vez el Abierto de Australia al batir en la final al austriaco Dominic Thiem (N.5), este domingo en Melbourne, triunfo que le sirve para alcanzar los 17 torneos de Grand Slam y recuperar el número 1 mundial.

Djokovic, que venció en cinco sets por 6-4, 4-6, 2-6, 6-3 y 6-4, se queda a dos 'grandes' de Rafael Nadal (19) y a tres de Roger Federer (20) en la carrera por el récord que mantienen las tres leyendas del tenis.

"Sin duda es mi torneo favorito y estoy bendecido por haberlo ganado ocho veces", declaró al recoger el trofeo.

- 'Llevar el tenis a otro nivel' -

"Felicidades Novak, con Roger y Rafa has llevado el tenis a otro nivel. Me siento honrado por jugar en esta época, incluso si esta noche me ha faltado un poco", dijo Thiem.

"Has podido ganar esta noche, y tendrás el tiempo de ganar no solo uno, varios torneos del Grand Slam", le respondió Djokovic.

La noche perfecta del serbio de 32 años en la Rod Laver Arena la completó su recuperación del número 1 mundial, en la lista de la ATP que se publica el lunes, desbancando a Nadal, eliminado por Thiem en cuartos de este Abierto de Australia.

Djokovic se convierte en el tercer jugador en la historia en ganar ocho o más ediciones de alguno de los cuatro grandes. Los otros dos son Nadal en Roland Garros (12 triunfos) y Federer en Wimbledon (8).

Thiem, de 26 años, pasará del quinto al cuarto lugar de la ATP el lunes. Llamado a tomar el relevo de los tres gigantes del tenis, perdió su tercera final de Grand Slam, tras haber cedido ante Nadal en Roland Garros 2018 y 2019.

- Bajón físico y mental -

Este domingo remontó tras la pérdida del primer set y llegó a estar con 2-1 en el marcador, en un tramo del partido en el que Djokovic se mostró irreconocible.

El serbio estuvo apático, en ocasiones sin ofrecer resistencia a Thiem. Un paso por el vestuario le hizo despejar la mente y recuperar el vigor físico.

Con el inicio de la cuarta manga se volvió a entonar y mediado el set alcanzó el nivel de crucero que le llevó a ganar en 3 horas y 59 minutos de juego.

En su táctica de este domingo, evitar el poderoso golpeo de derecha de Thiem, aunque esto le supusiera cometer muchos errores directos. Se fue hasta los 57, cuando en la final que ganó a Nadal el año pasado se quedó en 9.

En la quinta manga a Thiem le tembló el pulso y multiplicó los errores directos (también 57 durante todo el partido). Cedió de entrada su saque y le fue imposible recuperarlo.

Con su título Djokovic se convierte en el primer jugador de la era moderna (desde 1969) en ganar torneos de Grand Slam en tres decenios diferentes, tras lograr su primer Abierto de Australia en 2008, y en el segundo de la historia, tras el australiano Ken Rosewall, que lo hizo en los años 1950, 1960 y 1970.

La estadounidense Sofia Kenin logró, a sus 21 años, su primer título de Grand Slam al derrotar en la final a la española Garbiñe Muguruza en tres sets, por 4-6, 6-2 y 6-2, que buscaba en Melbourne su tercer 'grande'.

La norteamericana de origen ruso, que comenzó el torneo como 15ª jugadora del mundo, nunca había superado los octavos de final de un Grand Slam (Roland Garros en 2019), pero se mostró superior a una irregular Muguruza (N.32), que buscaba su tercer 'grande', tras haber conquistado Roland Garros (2016) y Wimbledon (2017).

La final fue un reflejo de lo que es Garbiñe Muguruza como tenista, alternando momentos de gran tenis (35 'winners' por 28 de la rival) y otros de 'desconexión' (con 45 errores no forzados, 23 para Kenin, y 8 dobles faltas), frente a una rival que se fue agrandando conforme avanzaba el partido, tanto físicamente como en nivel de juego.

Todo parecía comenzar bien para la española nacida en Caracas, que rompió el saque de la estadounidense en el tercer juego del partido y confirmó con su servicio para ponerse 3-1 a favor.

Kenin, que peleaba todas la bolas como si fuera cada una de ellas fuera la del título, igualó el partido 4-4, pero Muguruza reaccionó y sumó dos juegos seguidos para cerrar el primer set por 6-3 en 52 minutos de juego.

El buen juego de la española en la primera manga dio paso a una de sus famosas 'desconexiones', dejando que Kenin le rompiera por primera vez el servicio en el cuarto juego del segundo set, que acabó apuntándose por 6-2, aprovechándose de la debilidad de Garbiñe con su primer servicio.

Muguruza mejoró en el tercer set, pero por entonces la estadounidense se había crecido tanto que veía muy cerca la posibilidad de sumar su primer título de Grand Slam.

Decisivo fue el quinto juego, en el que Muguruza tres bolas de 'brak' para ponerse 3-2 a su favor, pero Kenin remontó para mantener su servicio y rompérselo a la española en el siguiente para ponerse 4-2.

Todo estaba en contra para la española, que no sólo no reaccionó, sino que acabó el partido con una doble falta, la séptima del encuentro, en una muestra más de la irregularidad que caracteriza a Muguruza.

Melbourne, Australia | AFP