Paraguay dio pena en Kashima y protagonizó un papelón ante Japón, que a un ritmo intenso, le pegó un baile a la selección de Eduardo Berizzo, específicamente en el primer tiempo, en el que sacó un claro 2-0. En la complementaria se relajó, ya no apretó el acelerador, pero cuando quiso tocar, dejó en ridículo a la tímida Albirroja, que vuelve a dejar dudas enormes de cara al futuro.
La victoria de los nipones terminó siendo muy corta, por la inmensa superioridad de la primera etapa y las ocasiones generadas en todo el partido.
El primer tiempo fue un baile japonés. Paliza táctica y un equipo asiático que se divirtió jugando a un toque, burlando la tímida presión descoordinada de Paraguay.
Paraguay volvió a experimentar y solamente el entrenador Eduardo Berizzo sabe lo que hizo. Puso a dos laterales, en teoría con oficio, pero sacrificando una vez más a Iván Piris por izquierda y a Juan Escobar por derecha.
El DT intentó dibujar un 4-1-4-1, con Braian Samudio y Derlis González como volantes por fuera. Rodrigo Rojas estuvo como solitario contención, mientras que Almirón y Sánchez hicieron una especie de doble volante interno mucho más adelantado y tratando de hacer una presión insólita y hasta ridícula. Arriba, “Tony” Sanabria, solo y corriendo a todos, para nada.
En la primera etapa, los locales hicieron lo que quisieron. A un toque, con jugadas didácticas y dejando ridículo a todo Paraguay, a ritmo del talentoso Nakajima, el hombre que movió a su antojo a los “samuráis”.
Antes de los 15 minutos, la Albirroja ya sufría en defensa. Dos remates, tras jugadas colectivas brillantes, puso en apuros a Roberto Fernández.
Pero a los 22 minutos, Yuya Osako puso justicia y tras un centro desde la izquierda, “madrugó” a toda la defensa guaraní, para “cachetear” de primera y poner el 1-0 merecido.
Momento después, “Gatito” le sacó una jugada clarísima al mismo Osako, que pudo haber sido el segundo de Japón, que no tardó demasiado. A la media hora de juego, Nakajima volvió a hacer de las suyas, abrió derecha y tras un centro de Osako, el otro artillero, Minamina, solamente tuvo que empujar frente al arco.
Viendo el paseo japonés y cómo la Albirroja no contenía a nadie en el medio, Eduardo Berizzo no hizo absolutamente nada y dejó que el equipo sea sometido igual, sin cambiar de posiciones, esquema u hombres.
La dos jugadas mas cercanas a gol de Paraguay, fueron un remate de Samudio dentro del área, tras una guapeada suya y que fue denegado por el portero Gonda y un derechazo de Sánchez desde posición lejana, que fue desviado por el portero local.
En la complementaria, la presión e intensidad de los nipones bajó notablemente, Paraguay hizo un par de cambios en el medio y defensa, por lo que las llegadas del cuadro asiático mermaron.
Aún así, Japón fue mucho mejor, más práctico y con ideas sobrias, esta vez al mando del juvenil Takefusa Kubo, el “niño maravilla” de esa parte del continente.
Paraguay no pudo hacer nada, solo corrió detrás del balón y cuando la tuvo, no supo qué hacer y recién sobre la última parte del compromiso, Berizzo cambió de esquema, con Almirón un poco más adelantado, por detrás del punta, que fue Ángel Romero.
Con más pena que otra cosa, los minutos se fueron quemando y Paraguay sin generar una ocasión clara para al menos descontar y maquillar el horroroso partido de la Albirroja.
La próxima prueba de Paraguay será ante Jordania, el 10 de setiembre.
Detalles del juego
Estadio: Kashima Stadium
Árbitro: Kim Heegon (COR)
Goles: 22' Osako y 30' Minamina (JPN)
Amonestados: Gómez, Sanabria, Samudio (P)
Alineaciones
Japón: Suichi Gonda; Hiroki Sakai (46' Ueda), Tomiyasu, Maya Yoshida y Nagatomo (66' Anzai); Shibasaki (75' Itakura) y Hashimoto; Doan (Takefusa Kubo), Minamino y Nakajima (46' Haraguchi); Osako (66' Nagai).
Paraguay: Roberto Fernández; Juan Escobar (46' Blas Riveros); Fabián Balbuena, Gustavo Gómez (53' Robert Rojas) e Iván Piris; Rodrigo Rojas (Cristhian Pardes); Derlis González (72' Óscar Romero), Richard Sánchez (46' Ramón Martínez), Miguel Almirón y Brian Samudio; Antonio Sanabria (63' Angel Romero).