Un GPS para Gorosito

Por Christian Pérez/@chrisperezz7

Si bien el DT argentino siempre manifestó no estar apegado a la tecnología, se busca urgente un GPS para Néstor Gorosito, para ubicarse en tiempo y espacio. Comenzó perdido y aún no encontró ni el túnel de salida del Defensores del Chaco, luego de la cátedra que le dio Francisco Arce en el césped de Sajonia.

El entrenador argentino dirigió apenas su tercer partido, cierto, pero no solamente con los rendimientos de su equipo queda expuesto, sino también en cada insólita declaración, dejando al descubierto una total falta de preparación en la previa y que va improvisando con el correr de los minutos.

Cerro Porteño le pegó un baile en el primer tiempo a Olimpia. Paseo azulgrana, con festival de toques, triangulaciones y proyecciones por todos lados (ambos extremos y hasta por el medio) ante un Franjeado que jugó de “chico”, que perdió la identidad que tanto le costó construir y que mostró estar totalmente confundido en cuanto a ideas y propuestas. El 1-0 es lo más mentiroso visto en los últimos tiempos y también fue merced a que el Ciclón sigue buscando un “9” que pueda sacarle réditos a las innumerables jugadas creadas.

En el clásico, el equipo de “Pipo” entró a especular, no a ser protagonista y por la ignorancia (desconocimiento) notada en el cuerpo técnico, ratificada en conferencia de prensa, Olimpia se salvó claramente de algo mucho peor.

Si Luqueño ya le había hecho tambalear, era más que lógico que Cerro lo podía destrozar. Un clásico 4-4-2 con tres volantes centrales en nombres, pero exigiendo y obligando a que uno de ellos finja ser un externo. Todo por no tocar a las "vacas sagradas".

Casi media hora fue monopolio total azulgrana, con un “doble seis” (Villasanti-Lucena) que se devoró todo. Ortiz y Ojeda no existieron, sufrieron pánico con pelota y la regalaron una y otra vez. Fue gran mérito de Cerro, que obligó que en el mediocampo se juegue a su ritmo. Ahí perdió lejos Olimpia. La intensidad, dinámica, precisión y velocidad que tiene en esa zona, no la posee hoy ningún equipo del fútbol paraguayo y es imposible igualarlo.

Tanto fue así que cerca de los 10 minutos, tuvo que “liquidar” a Braian Ojeda como volante por fuera y poner a Rodrigo Rojas para combatir más en un medio en el que solo se veían camisetas azulgranas.

Por los costados, ¡qué paseo del Azulgrana! Claudio Aquino no necesitó demasiado de un apoyo constante de Alan Rodríguez, solo que le haga sombras por el extremo, que le distraiga marcas para encargase de ganar siempre en los duelos “mano a mano”. De izquierda para el medio, para las gambetas de Aquino y alguna que otra pelota abierta para que “Coyote” amplíe el campo y desborde.

Por derecha, sin la calidad de la izquierda, pero con la constancia y entendimiento memorizado entre Espínola y Giménez causaron peores estragos. Ambos no tienen problemas de jugar por dentro y por fuera. Cuando el lateral se proyecta, el volante se mete al miedo y viceversa. Es más, fueron más las veces en la que “Beto” encaró por dentro, gracias que Enzo obliga a estirar al lateral izquierdo de Olimpia.

Si Cerro tenía un “9” real, dinámico, que juegue al mismo ritmo y maneje el mismo tiempo que el resto del equipo, será aún un equipo más completo y casi invencible por un buen tiempo.

Bueno, fue suficiente para explicar las virtudes de Cerro, retornemos a lo nuestro y centremos la atención en Néstor Gorosito y su equipo.

El primer tiempo fue nefasto y hasta ridículo para un equipo con ese plantel, que venía dominando el fútbol paraguayo por tanto tiempo y que en individualidades, quizás tiene más calidad y jerarquía que Cerro, principalmente en ofensiva.
El DT de Olimpia argumentó su papelón en conferencia. “Cerro venía jugando con un mediapunta. En un principio se decía que Aquino iba a jugar ahí y el técnico cambió para jugar con dos delanteros”.

Aunque parezca un chiste, Gorosito dio a entender que no tenía en los planes que el rival juegue así. No sabía que Claudio Aquino viene brillando hace 23 partidos como el cuarto volante por izquierda y que su principal virtud es hacer diagonales, tanto para gambetear o buscar asociarse. Le sorprendió que Espínola y Giménez hayan arrasado con su sector izquierdo. En síntesis, no estaba preparado para el partido.

Su planificación era basado en el según “se decía” y no en simulaciones reales en entrenamientos, ni siquiera preparó al equipo en lo teórico. Su justificación fue que no esperaban que Cerro juegue con dos delanteros, algo no tan cierto, ya que Óscar Ruiz siempre flotó entre el medio y la línea de Ortigoza, incluso muchas veces cubriendo por izquierda cuando Aquino ocupaba el medio.

Encima quiso engañar con la frase “fue un tiempo para cada uno”. Nada más mentiroso. Que Olimpia haya mejorado su horrible presentación del primer tiempo, no significa que haya jugado bien.

Olimpia mostró algo de rebeldía, Cerro bajó su tremenda intensidad, bajando a un escalón cercano al Franjeado y fue solo por eso que en algunos minutos del inicio de la complementaria, hubo aproximaciones constantes.

Olimpia no jugó bien el segundo tiempo, solo que era imposible jugar peor que el primero.

Hasta ahora, ¿a qué juega el Olimpia de Gorosito? Buena pregunta. Seguramente él sabe, nosotros aún no lo pudimos captar. Quizás, porque es todo lo que va a mostrar o porque necesita realmente mucho tiempo para darle su sello.

De lo poco que se puede radiografiar, es que al nuevo Olimpia ya no le agrada mucho la posesión y las formas la va a ignorar. Vertical al máximo, dependiendo de dos virtudes: del lanzador y el picador.

Hasta ahora, las jugadas ofensivas de mayor peligro, fueron con pelotas largas al vacío de Rodrigo Rojas, Braian Ojeda y Richard Ortiz, para que Roque o Recalde ganen por calidad, potencial e intuición. Confundir pelotazos con juego rápido y vertical, es lo que ha mostrado este equipo por ahora.

Es raro, pero ahora Roque juega y hace lo imposible por Olimpia ahora y ya no Olimpia para él, como fue y debe ser.

Lo más irónico es que por el formato de torneo, Olimpia puede incluso ser campeón, pero está claro que este no es el camino para avanzar y evolucionar, o al menos continuar lo bueno que se estaba haciendo.

Futbolísticamente retrocedió hace rato en sus ideas y solo el tiempo pondrá las cosas en su lugar.

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Garnero dejó una vara muy alta en Olimpia

Por Gustavo del Puerto /gusdel1@hotmail.com/ @gusdelpuerto

La directiva del Olimpia no dejó de sorprender con la contratación de Néstor Pipo Gorosito como nuevo entrenador franjeado en lugar del también argentino Daniel Garnero. Cuando se buscó al DT sustituto, siempre se apuntó a un argentino y ni de casualidad se miró a los profesionales que están en el plano local o algún paraguayo identificado con el Olimpia.

Es más, la primera opción fue Gorosito, pero cuando sonó esa posibilidad, la negativa del hincha olimpista no se hizo esperar, después emergió lo de Milito, pero sin ningún avance, quizás hasta pudo haber sido una estrategia para enfriar un poco el plan A.

La nueva directiva del Olimpia presidida por el empresario Miguel Brunotte, de entrada afrontó una semana negra, pues en días el equipo de Para Uno quedó fuera de toda competencia internacional de este año y luego cayó ante Guaireña por el torneo Clausura. Fue una dura prueba y sin dudas, la contratación del nuevo entrenador es otro examen muy complicado.

Con la incorporación de Bassedas como director deportivo quedó claro que el ex Vélez y ex compañero de José Luis Chilavert iba a tener mucho que ver en la elección del DT.

El hincha de Olimpia esperó un profesional de mayor curriculum, mejor que Garnero, quien pese a los tres fracasos en el contexto internacional, dejó una vara muy alta con los cuatro títulos consecutivos a nivel local y un estilo definido de juego. Se fue con un 71 porciento de efectividad. Si bien Gorosito tiene experiencia como técnico, su gestión por debajo del cincuenta por ciento es el principal motivo del pulgar abajo. No le fue bien en River ni en San Lorezno y su mejor gestión fue en Tigre, campeón de la Copa Superliga de Argentina y luego finalista de la Copa Sudamericana, donde perdió en la instancia suprema. Con el mismo Tigre fue al descenso y renunció hace poco tras quedar fuera de la Copa Sudamericana, donde fue superado en los dos partidos por Guaraní.

Por eso, hoy los contreras a Gorosito dicen que en Olimpia se hizo el famoso cambio "mboka garrotere". Sin embargo, el fútbol no es la ciencia exacta en los números y los cálculos matemáticos, pues no todas las veces dos más dos son cuatro.
Ahora hay que dejar trabajar a Gorosito y el tiempo será el juez de su gestión y la de los dirigentes. Si uno remueve el pasado histórico del Olimpia, Luis Cubilla vino sin cartel como director técnico y termino siendo campeón de América dos veces y del mundo, lo mismo sucedió con Nery Pumpido, también brillante futbolista, el recomendado de Carlos Bilardo, amigo de Osvaldo Domínguez Dibb, quien levantó la copa de la última Libertadores para la poblada vitrina franjeada.

Por ahora, Olimpia sigue con el interinato de Enrique Landaida, quien en su estreno planteó un partido más vertical, con menos coqueteos y riegos con la pelota a la hora de salir jugado y con cambios simples.

También queda en claro, que las propuestas futbolísticas de Garnero y Gorosito no son parecidas. El estilo de salir jugando con el arquero, de meter un volante entre los centrales para generar la salida clara, de abrir a los laterales y de mucha posesión para potenciar el juego interno de Garmeo que le dio el tetracampeonato al Olimpia, no será igual.

Gorosito a igual que Garnero también fue el clásico 10, exquisito con el balón, pero apuesta más a no complicarse a la hora de salir, tratando siempre de jugar pelota al pie y con buen manejo del medio hacia adelante. Se modificará el chip del juego franjeado.

El Pipo deberá afrontar lo que resta del campeonato con un plantel armado por otro y seguramente sí los resultados se dan buscará conformar un grupo más a su medida futbolística en el 2021. Sí los resultados se dan, porque en el fútbol paraguayo los procesos son pocos y los contratos se rompen con facilidad, siempre y cuando no deje esa salida un clavo económico para el club o algunas demandas como ya pasaron con el mismo Olimpia en administraciones anteriores.

Gorosito pronto tomará la posta en Para Uno y su trabajo por la perspectiva que uno siente será evaluado partido a partido, porque el gran publico de Olimpia espero un técnico mejor que Garnero.

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El fútbol te avisa y el que avisa no traiciona

Por Christian Pérez/ @chrisperezz7

El fútbol da señales, te avisa y el que avisa no traiciona. Daniel Garnero fue consciente de los síntomas, pero nunca quiso reconocer que el equipo ya no le podía dar más. En dos años exprimió al máximo a un plantel que le dio un tetracampeonato, pero que poco a poco iba perdiendo virtudes y ganando defectos. Y prefirió irse por la ventana que abrir la puerta principal y despedirse como debía, con honores.

"No te molestes con el pozo que está seco, mejor pregúntate por qué sigues insistiendo en sacar agua en donde ya ha quedado claro que no puedes encontrarla", dice un famoso refrán que se adecua perfectamente a lo que vivió Daniel Garnero y Olimpia, tras dos años de puras glorias locales.

El fútbol es cíclico como la vida también y el ciclo de Garnero ya estaba por vencer, aunque él pudo extenderlo un poco más. Pero seamos claros, no solo el de él, sino de varios futbolistas del plantel millonario que posee Olimpia. Por eso, la responsabilidad casi total, es suya (DT), por no haber detectado y reconocido que habría que renovar.

Querer seguir insistiendo con una fórmula gastada y con jugadores que habían llegado al límite y al techo de sus rendimientos, los defectos se comenzaron a desnudar en todos los campos: táctico, psicológico y obviamente, deportivo. Este último es lo más determinante, ya que muchas veces las "falsas" victorias, tapan lo malo que tiene un equipo. Pero ni siquiera los resultados ya podían ocultar lo que parecía una debacle.

El entrenador argentino quedó cegado por los 4 éxitos locales consecutivos y nunca miró ni de reojo una posible renovación, de jugadores y de planteamientos (un plan B que nuca tuvo). Ya lo dijo en su momento el capitán del equipo, Roque Santa Cruz: "Lo más difícil torneo a torneo, es mantener la ambición". Con los mismos futbolistas, Olimpia sufrió un relajo natural, acentuado por desgastes de relaciones y también un descenso natural de rendimientos, algo que del ningún jugador puede escapar.

Al negar los notorios errores y una debacle en el rendimiento, que hasta el menos futbolero notaba, Daniel Garnero trató de mentirse a sí mismo y con ello terminó traicionando a todos en Olimpia. Ver, observar y reconocer defectos, son virtudes para evolucionar en una era tan competitiva, pero el DT quiso esconder todo detrás de una cortina transparente.

El 2020 fue el que comenzó a alejar al DT del Franjeado. Antes de la pandemia, algunas victorias intentaban ocultar el descenso de rendimiento, pero ya había síntomas. A la vuelta del fútbol, se vio lo peor de Olimpia en la era Garnero, que había perdido el control del timón y era dominado por la turbulencia, algo que no supo dominar, y que era algo totalmente nuevo para él. Y claro, desde que llegó a Para Uno, solo había disfrutado de momentos exitosos.

Cuando más partidos se jugaban, más notoria era la distancia entre el Olimpia original, que había maravillado con 4 títulos y este, que pierde la cabeza ante cualquier contexto adverso y moralmente se mostró como equipo chico. Además, hay agregarle otros aspectos, como lo físico. Al Decano lo terminaron siempre casi arrollando en los segundos tiempos.

Si bien, la raíz principal está en la NO renovación de plantel e ideas para plantear diferentes contextos que tiene un partido, la crónica oficial de lo que hoy es una muerte anunciada, todo inició en aquel famoso 2-2 ante Sportivo San Lorenzo. Ahí quedó demostrado que moralmente este Olimpia estaba por el piso. De tener para golear y aplastar, terminó pidiendo hora y rescatando incluso un 2-2 sufrido.

La autocrítica siempre fue un valor que le faltó al "Dani". En algún empate o esporádica derrota, siempre hubo un culpable extra y no por defecto de su equipo. Cerro lo paseó en la Nueva Olla, le graficó que los "enanos" (Cerro venía mal) habían crecido y los competidores directos como el Ciclón y Guaraní se le habían subido incluso un escalón más. Aún así, para el DT de Olimpia, estaba todo bien.

Si bien Guaireña fue la última gota que rompió la piedra, que parecía inquebrable, realmente la humillación ante Delfín fue el que le puso el sello de salida. "No conozco la palabra fracaso", lanzó tras la eliminación copera, una frase soberbia y con un tinte de hipocresía. Era consciente del papelón, pero no fue capaz de reconocer el "fracaso", una palabra resaltada minutos antes en la misma conferencia por el propio capitán del equipo.

Poca variante táctica

En menos de un año, Olimpia se volvió un equipo aburrido, predecible y que ha sobrevivido solamente por algunas individualidades como el "Pollo" Recalde, Derlis González, quienes no pueden soportar ni sostener el cúmulo de errores de un entrenador encerrado en una sola idea y que con la desesperación terminó recurriendo a jugadores que nunca los tuvo en mente.

La fórmula de los cuatro defensores, insistiendo siempre por derecha para atacar y exponerse al máximo por izquierda, más los dos mediocampistas insuficientes hace rato, crean un enorme desequilibrio. El equipo se partió en dos y la fórmula de las pelotas largas, con un Roque Santa Cruz al mínimo de su rendimiento, era una tarea muy fácil para los rivales.

A Olimpia le tomaron la mano en su propuesta. Con individualidades bajas, como Ortiz -la principal salida siempre-, Otálvaro y Silva -desconectados y desbordando en un porcentaje bajísimo-, más un Roque imposibilitado físicamente para aguantar todo, la tarea de presionar y obligarlo a perder la pelota, fue un negocio redondo para cualquier equipo que se animaba a faltarle el respeto.

Olimpia es un equipo que necesita tener la pelota todo el tiempo. Es obsesionado con la posesión y sin balón, se le pierde el libreto, es un equipo más del montón y sufre una enormidad defensivamente. La zaga franjeada nunca dio excesivas garantías y eso reflejaba el espejo de la Copa Libertadores, donde al Decano lo liquidaron por errores defensivos en tres temporadas consecutivas. ¿Más señales que eso?

Cerro y Guaraní dejaron expuesto eso. Dominaron el trámite con criterio e idea sólida y el equipo de Garnero corrió sin sentido detrás de la pelota.

El 4-4-2 clásico de Daniel Garnero es marca registrada y memorizada ya por los rivales. Sin las fichas correctas o individualidades bajas, hay que golpear el tablero y adecuarse a los jugadores que sí rinden. Otro de los pocos dibujos que llegó a usar el DT fue el 4-1-3-2, con Domingo como guardaespaldas, pero ante rivales “flojos” y pocos agresivos.

https://versus.lanacion.com.py/versus/2020/09/01/un-necesario-bano-de-realidad/

Los dos volantes centrales no fueron suficientes ante equipos de igual ambición, que le sacan la posesión a Olimpia. Richard Ortiz, con un decaimiento físico muy evidente, no basta para cuidar a todos. Nicolás Domingo es el jugador más criterioso que tiene el equipo con pelota, pero sin ella, es uno menos. Tiene poco recorrido, mucha lentitud y siempre llegar tarde a las coberturas. Siempre faltó ahí una pieza, pero nunca se animó a romper su dibujo preferido para completar el rompecabezas con Rodrigo Rojas.

Poco a poco, ese convencimiento de los últimos años se había nublado. ¿Qué le pasó al equipo dominante, con un estilo claro y que controlaba el juego de inicio a fin?, ¿Cómo un equipo tan "desconocido" (Delfín), sin prestigio ni tradición dejó en ridículo a Olimpia?

¿Y ahora?

El Franjeado ni siquiera tiene una columna vertebral y necesita urgente una renovación de jugadores, aire e ideas. Hasta ahora no tiene una zaga central fija, y van 10 meses del 2020. Como había escrito en otro artículo, cuestionar a “Tito” Torres no tiene sentido. No puede dar más de lo que tiene y como lateral izquierdo ha dado incluso más que cualquier otro. Limitaciones defensivas siempre tuvo y era cuestión de tiempo que la desnuden.

Alejandro Silva deberá hacer una lavado de cabeza y justificar su vuelta, porque hasta ahora fue un gasto y no una inversión. Buscar un extremo o volante por izquierda es también una obligación, porque no hay nada más falso que Jorge Recalde ocupando ese lugar. Además, habrá que pedir regularidad y el máximo potencial de Derlis González, que expone demasiado relajo para tamaño potencial.

Ponerlo a Roque en el túnel del tiempo y recuperarlo enteramente en todos los aspectos, será también una gran misión del próximo entrenador El capitán es más de medio equipo y que lo diga Garnero, que su debacle se vino con el descenso de rendimiento y las ausencias de Santa Cruz.

Antes de cerrar este largo y hasta tedioso comentario, no quiero olvidarme de otro defecto de Garnero: "ningunear" a los talentos de la casa. Por obligación puso a chicos como Cardozo, Quintana, López, pero a todos ellos los "borró" ni bien se sacó el reglamento.

El Franjeado está desperdiciando enormes talentos que están con ganas de explotar, como Marcos Gómez, Diego Torres, Diego Duarte, Denis Colmán, Allan Wlk, y muchos otros chicos que piden a gritos al menos un par de minutos.

Los números indican que Daniel Garnero se va solamente con 16 derrotas en 139 partidos y con una efectividad de más del 70 %. Números fabulosos, casi imposibles de igualar, pero Olimpia exige resultados y no hay tiempo ni lugar para encerrarse en caprichos. O corregís o te vas. Y fue lo segundo.

A pesar de todo lo sucedido, quien escribe se considera seguidor del estilo de Daniel Garnero y admirador del fútbol total demostrado en los últimos años. Demostró que con menos también puede hacer mucho y lo hizo con Guaraní y Sol. Los ciclos se cumplen y hay que respetarlos, "profe".

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