Alejada de las pistas de tenis desde hace un año y medio, Simona Halep "se muere de ganas de regresar" y el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) le ha dado la razón, reduciendo este martes de cuatro años a nueve meses, ya purgados, su suspensión por dos infracciones al reglamento antidopaje.
La campeona rumana de 32 años, antigua N.1 del mundo y dos veces campeona de Grand Slam, había dado positivo por un producto prohibido durante el US Open de 2022, antes de que "irregularidades" en su pasaporte biológico complicasen meses después el regreso de la tenista.
Pero después de tres días de audiencia a comienzos de febrero, la jurisdicción deportiva atribuyó su control positivo a un "suplemento contaminado", y consideró que las anomalías de su pasaporte biológico podían estar ligadas a una "operación quirúrgica" y no eran suficiente para establecer una conducta dopante.
"Me muero de ganas por regresar al circuito", declaró la jugadora en un comunicado. Desde el principio del caso, Halep proclamó no haber "tomado nunca ningún producto prohibido de forma intencionada".
"Soy y siempre fui una deportista irreprochable", prosiguió la rumana, lamentando "las acusaciones escandalosas" en su contra y "los recursos aparentemente ilimitados" empleados contra ella. "Al final, la verdad ha prevalecido, aunque ello haya llevado más tiempo del que hubiese deseado".
- Consecuencias de la decisión -
El TAS ha desautorizado así a la Agencia Internacional de la Integridad en el Tenis (ITIA), que sancionó a Simona Halep el 22 de septiembre de 2023, y reclamaba en este proceso arbitral "un periodo de suspensión de entre cuatro y seis años" contra la campeona de Roland Garros 2018 y de Wimbledon 2019.
La jurisdicción de Lausana promete precisar "lo antes posible" las consecuencias prácticas de su decisión, es decir, una suspensión entre el 7 de octubre de 2022 y el 6 de julio de 2023, ya cumplidos antes incluso de que Simona Halep apelase, y la anulación de todos sus resultados entre el 29 de agosto y el 7 de octubre de 2022.
La reducción de la sanción implica que "Simona Halep hubiera debido ser elegible para disputar los dos últimos torneos del Gran Slam", el US Open 2023 y el Abierto de Australia 2024, apunta uno de sus tres abogados, el estadounidense Howard Jacobs, en un comunicado.
La carrera de Halep se interrumpió el 7 de octubre de 2022, cuando comenzó su suspensión provisional tras un control realizado en el US Open de ese año en el que dio positivo por un producto prohibido, el roxadustat, una molécula que estimula la producción de glóbulos rojos y que está clasificada como EPO en el reglamento de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).
- Operación de nariz -
La antigua número 1 mundial tuvo un segundo caso de dopaje en 2023 por "irregularidades" en los datos de su pasaporte biológico, herramienta de seguimiento biológico a los deportistas de alto nivel.
Si la ITIA "admitió el argumento de la toma de un complemento alimentario contaminado avanzado por Halep", determinó que "la concentración de roxadustat encontrado en la muestra positiva no podía resultar de la cantidad ingerida por la jugadora", un argumento invalidado el martes por el TAS.
En cuanto al pasaporte biológico de Halep, el TAS integró en su razonamiento "los resultados de una muestra privada de sangre proporcionada por la señora Halep el 9 de septiembre de 2022, en el contexto de una operación quirúrgica" y el hecho de que hubiera renunciado a participar en cualquier competición el resto del año, valorando que estos elementos hacían poco plausibles "los escenarios de dopaje expuestos por la ITIA".
Halep, entonces número 9 del mundo, explicó que sufría desde hacía un tiempo problemas de respiración que se habían agravado durante el verano boreal de 2022, y que había puesto fin a su temporada para restablecerse de una operación de nariz.
Lausana, Suiza | AFP.