Las memorables atajadas de Diego Barreto y los electrizantes goles de Pablo Zeballos hicieron que se convirtieran en ídolos de la hinchada de Cerro Porteño y el amor perecía incondicional. Sin embargo todo cambió cuando ficharon por el Olimpia.
En la historia de los superclásicos fueron muchos los polémicos arribos al rival de todos los tiempos. Sin embargo los casos de Barreto y Zeballos fueron los más emblemáticos de los últimos 15 años.
Barreto, de cuna cerrista, debutó en el primer equipo nada menos que en un clásico, el domingo 23 de febrero del 2003, en el estadio Defensores del Chaco. Se jugaba la 2ª fecha del torneo Apertura y ocupaba la banca de expectativa. Al término del primer tiempo el Ciclón iba abajo en el marcador (0-1, gol de Julio César Enciso, de penal) y para la complementaria el técnico azulgrana Carlos Báez (padre de Aquiles) ordenó su ingreso en vez del argentino Joaquín Irigoytía.
Los cerristas empataron el partido en la complementaria (tanto de Héctor Núñez) y la actuación de Barreto fue tan buena, que a partir de ese momento se ganó para siempre el respeto y la idolatría de la hinchada cerrista, o por lo menos eso parecía.
Barreto se alzó con cinco títulos en el Ciclón, pero el último obtenido en el Apertura 2015, tuvo un sabor amargo. El contrato del golero con Cerro había terminado y esperaba prolongar su vínculo. Sin embargo, a días de empezar el Clausura, Barreto fue notificado que Cerro no le renovaría la ficha y prácticamente se quedó sin club, teniendo en cuenta que todos los equipos tenían plantel completo. Fue Olimpia el que lo rescató y lo contrató en el momento más crítico de su carrera.
El arquero apretó los labios y aceptó la oferta franjeada. En todo el torneo mantuvo el perfil bajo, sin embargo en la vuelta olímpica festejando el título de Olimpia, se desató y en un reportaje trató a la dirigencia azulgrana de “malas personas y puercas”. Fue suficiente para que se rompa el idilio de Barreto con los seguidores cerristas, además de causar un gran disgusto entre los miembros de la directiva que estaba al frente de Cerro en ese momento.
Desde entonces, cada vez que Barreto regresó a La Nueva Olla para enfrentar a Cerro Porteño, defendiendo a cualquier club, fue abucheado por la hinchada local a su ingreso y desde los parlantes del estadio se escucha la conocida canción del grupo mexicano Maná, “Mariposa Traicionera”.
PZ10
El camino que condujo a Pablo Zeballos al Ciclón fue distinto. Originario de Sol de América, fue transferido al fútbol mexicano en el 2008. Regresó al país en el 2010 para incorporarse al club azulgrana y de entrada enloqueció a los seguidores del equipo de barrio Obrero, declarándose cerrista de cuna y que nunca jugaría en el Olimpia.
Zeballos tuvo un fantástico estreno contra Tacuary, el sábado 30 de enero, marcando los dos goles en la victoria del Ciclón, por 2-1. Ese 2010 fue el único año que integró el plantel cerrista y no pudo dar la vuelta olímpica. Disputó los 44 partidos de la temporada y fue el goleador del año, con 24 conquistas, que fueron suficientes para convertirlo en ídolo de la hinchada cerrista.
A principio del 2011, una millonaria propuesta del polémico Marcelo Recanate, entonces titular del Decano, haría cambiar el rumbo del goleador. Aquella vez Zeballos reveló para justificar su ida al Decano; “la oferta y las condiciones futbolísticas de Olimpia son mayores”. Y todos los dardos de la hinchada azulgrana recayeron sobre la directiva, en tono de protesta, por no poder retener al goleador. Zeballos era eximido de culpa y pena por los seguidores del Ciclón, pero pronto todo iba a cambiar.
El primer clásico de Zeballos con la camiseta de Olimpia, fue en la 6ª fecha del Apertura 2011, el sábado 26 de febrero, en el Defensores del Chaco. El ya fallecido Édgar Robles había puesto en ventaja a Olimpia y casi al final del partido Zeballos marcaría el segundo, que sería el del triunfo por 2-1. El gol se produjo justo en el arco Norte del Defensores, donde estaba apostada la barra brava azulgrana y el efusivo festejo del artillero no pasó desapercibido. El hincha cerrista se sintió herido por lo que consideraban una desmedida celebración y hasta hoy en día no le perdonan esa actitud.
A través del tiempo hubo otros polémicos traspasos entre los clásicos rivales, como el de Pablo Rojas de Cerro a Olimpia, en 1968. O el de Severiano “Taladro” Irala, también del Ciclón al Decano , en 1973. Otro caso de película ocurrió con el argentino Mario Ricardo Berón, quien luego de obtener el tricampeonato en filas del Ciclón (72 al 74), fichó por el Decano en 1976.
Igualmente la ida de Cerro a Olimpia, de Hugo Ricardo Talavera, en el 76, fue una novela. El “Tala” supo ser líder tanto de Cerro como de Olimpia, siendo capitán en ambos clubes.
El ‘Rafagol’ Bobadilla, uno de los íconos de Olimpia, protagonizó otro debate en 1990, al llegar a Cerro para ser campeón. En su momento, el brasileño Robson Retamoso también le prendió fuego a la rivalidad entre los dos grandes del fútbol paraguayo, cuando luego de ganar el título con Cerro, en 1987, pasó a Olimpia en la siguiente temporada.
Entre los episodios más recientes y que causaron roncha entre los seguidores de los clásicos rivales, está el suceso del “Mago” Guido Alvarenga, quien de ídolo pasó a ser escrachado por los seguidores cerristas al ser contratado por el Decano. También el fichaje de Carlos Gamarra a Olimpia causó indignación en la hinchada azulgrana, en el 2007.
Con datos de Luis Irala.
